No olvidemos que el liderazgo sin dirección es imposible y la dirección sin liderazgo es irresponsable, por eso es importante conocer o definir al dirigente que en estas próximas elecciones en todas las disciplinas deportivas tal como manda la Ley del Deporte tomarán las riendas de sus federaciones.

La dirigencia deportiva en nuestro país presenta dos grandes problemas: las personas que son elegidas, no cuentan con suficiente conocimiento sobre las funciones y las habilidades de la disciplina deportiva. El segundo es la formación, no poseen una capacitación académica que les otorgue las competencias necesarias para desarrollar una adecuada gestión (gestión de calidad), ni están formados académicamente en administración y gestión deportiva, el manejo de un segundo idioma, cuando a las justas en nuestra legislación requieren 4 años digamos de experiencia dirigencial para postular los cargos a la presidencia de una federación.

Los dirigentes deportivos toman importantes decisiones que afectan directamente a las competencias deportivas. No se debe improvisar, se debe organizar un trabajo planificado, para conseguir un nivel satisfactorio para lograr objetivos en un corto, mediano y largo plazo. Para lograrlo, el próximo presidente de una FEDERACIÓN DEPORTIVA tiene que tener UNA FIRME RESERVA MORAL para imponer disciplina y orden.

El automovilismo deportivo en nuestro país, gracias al esfuerzo de cada deportista, cuenta en diferentes ciudades del país donde se practica el deporte motor formal, institucionalizado y federado con deportistas que se perfilan con un alto potencial de talento humano, por eso es importante contar con una dirigencia deportiva altamente calificada que genere confianza en el deportista para su proceso de desarrollo.

En nuestro país, el automovilismo a lo largo de los años se ha desarrollado con una dirigencia que se caracteriza por ser empírico, o con dirigentes que en su oportunidad fueron deportistas en la práctica del deporte y no por su formación, muchas veces sumido en indicadores de gestión escasa, poca planificación, improvisación entre otras precariedades que lindan desde sus propios intereses.

Para transformar este horizonte el próximo presidente tiene la tarea urgente de contar con un equipo que consolide una gestión organizacional eficiente, con una definición clara desde la visión y la misión; en la determinación de estrategias y objetivos medibles y verificables, la acertada planificación de planes operativos, el logro de metas y la medición, evaluación y proyección de resultados. En conclusión: un buen PLAN DE TRABAJO, no un mero deseo de buenas acciones escritas en un papel cual lista de útiles escolares, como la presentada en las elecciones anteriores por el candidato ganador, por eso estamos como estamos en el automovilismo deportivo.

El dirigente deportivo debe estar comprometido para asumir con efectividad la gestión y administración de una federación, orientándolo a la búsqueda de convertirnos en una verdadera industria deportiva.

El Instituto Peruano del Deporte IPD comprometido en la formación de nuevos cuadros dirigenciales, mediante su área de capacitación viene desarrollando cursos de formación dirigido a los actores dirigenciales para conseguir el crecimiento profesional de los directivos y enlazarlos para un crecimiento de las organizaciones y su fortalecimiento institucional.

Para esto se requiere identificar dirigentes capacitados en gestión y desarrollo técnico que previo a las elecciones internas deben ponerlas a evaluación no sólo de los directivos que eligen al próximo presidente sino también a los deportistas que son los verdaderos actores de la disciplina deportiva.

Por eso va a ser importante que en estas próximas elecciones los candidatos a la presidencia de las federaciones deben girar en orden de sus propuestas con claras acciones de cómo lo harían, en que plazos, con qué equipo contaría y de ser necesario generar un tema de debate público para que puedan exponer sus propuestas y los presidentes de cada club puedan tomar decisiones en la elección dejando de lado consignas, acuerdos o intereses particulares. Finalmente, la CALIDAD MORAL del nuevo presidente debe ser IMPORTANTE para tener una gestión exitosa.

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